Hace unas semanas en la expo de Mamis Pancitas y Bebés, se llevó a cabo un concurso de cuentos para mamás sobre el nacimiento de sus bebés, éste es el cuento con el que participamos y ganamos el primer lugar:
El viaje de Dante
Por: Lulú Flores
Un soplo de
amor envió a Dante a un viaje, fue puesto en su nave lleno del líquido vital
que suavemente lo abrazaba y acariciaba, le daba soporte y calor.
El trayecto era tranquilo y sin prisas, escuchó canciones, leyó poemas,
visitó lugares y fue formándose una idea de lo que lo esperaba al llegar. Dos
ángeles fueron los encargados de vigilar
el trayecto de la nave y de preparar todo para su llegada a la tierra. Ellos
estudiaron, leyeron y aprendieron mucho sobre esa navecita, como mantenerla
limpia, funcionando y en perfecto estado.
Todo fluía
como un día soleado en medio del bosque, sin embargo un día una sombra turbó el
trayecto de Dante, otro de los viajantes se había perdido en el camino, fue una
pérdida que nadie esperaba y uno de los ángeles en su dolor tuvo algunos
problemas con la navecita, tuvo que llamar a un experto, le dijo que tuerquitas
apretar y todo siguió su curso.
Estaba cada
vez más cerca el día del aterrizaje y todo era dicha y felicidad, se avisó a la
tierra que comenzaran con los últimos preparativos en cosa de unas semanas se
realizaría el tan esperado aterrizaje. No bien había llegado el mensaje cuando
algo ocurrió, Dante dejó de dar señales de estar contento, y un ángel se
preocupó mucho, su instinto le dijo que algo malo podría pasar que algo no
estaba bien con la nave y que Dante podría correr peligro. De nueva cuenta llamó al experto que al
revisar se percató que efectivamente algo malo estaba pasando con la nave, se
había acabado el líquido vital, tendrían que hacer un aterrizaje de emergencia.
Buscaron
rápido un planeta al cual poder llegar y pudieron hacer las maniobras
necesarias para llegar sin mucho problema,
la atmósfera sin embargo no era igual a la de la tierra y tuvo Dante que
usar oxígeno en lo que se realizaban los arreglos para enviarlo a casa. En ese planeta no se permitía la entrada de
los ángeles por mucho tiempo y solo podían estar de visita unas horas al día,
pero eran tan organizados que cada navegante que había aterrizado ahí tenía
todo un equipo atendiéndolo. Resultó que la jefa del equipo de Dante era casi
como sus propios ángeles.
Por fin se
llegó el día en que todo quedó listo para su vuelta a casa, pudo salir de ese
planeta y como la tierra ya estaba muy cerca no necesitó ninguna nave, sus
ángeles guardianes lo tomaron en brazos, extendieron sus hermosas alas y lo
llevaron en vuelo a su nuevo hogar.